viernes, 29 de noviembre de 2019

Adaptación...

Ya hace más de 15 días que puse un pié en este maravilloso país, pero creo que ha costado mucho realmente sentir esos pies en esta tierra… A ratos tengo la sensación que fue hace escasos días que llegué, y otros siento que llevo una eternidad aquí, por no mencionar, que por momentos siento estar en ninguna parte… resulta un poco complicado de explicar el conjunto de estas sensaciones. Supongo que el periodo de adaptación en esta ocasión, requiere un poco más de tiempo, o quizás sea un poco más de paz lo que necesite…

La verdad que las semanas previas a subirme en ese avión, fueron un poco locura en muchos aspectos… demasiadas emociones en conflicto dentro de una misma cabeza, mil gestiones que había que dejar cerradas y otras tantas que quedaron sin terminar, creo que desembocaron en un caos interior total, del cual, aún estoy en proceso de desintoxicación, y probablemente sea ese el motivo por el cual me haya visto incapaz de sentarme a expresar aunque fuera unas escasas palabras y el motivo por el cual aún no termino de encajar que me encuentro aquí, en esa maravillosa ciudad que tanto amé por meses atrás. 

En cuanto a la ciudad… uys!! parece que algo si que ha cambiado… Como bien dijo mi profe de masajes cuando le hice una visita “¡El mundo cambia Yaiza!”. Así lo expresaba cuando hablabamos de la cantidad de nuevos Hostales y Hoteles que se encuentran en construcción en estos momentos. Tristemente, antes mirabas al cielo y tenías más opciones de ver la punta reluciente de alguna hermosa pagoda… ahora, es más probable que veas las últimas plantas de alguna construcción… Son muchas las tiendas y restaurantes que frecuentaba y que ahora están cerrados o sustituído.

No se si forma parte también del periodo de adaptación, pero hasta la comida y los olores me parecen diferentes. Mantenía un grato recuerdo del olor de la colada cuando la traían… ahora no es que huela mal ni mucho menos, pero mi mente guardaba un perfume mucho más intenso y embriagador. Igual me pasa con los sabores de ciertas comidas que adoraba, no es que no sean sabrosas, pero mi mente guardaba un sabor diferente y más intenso. 
Lo cual me ha echo cuestionarme, si es mi mente la que me ha traicionado, si es mi estado actual el que no me hace disfrutar de forma intensa cada cosa, o si es una realidad que las cosas hayan cambiado hasta tal punto. 

El cambio de divisa y el aumento de precios, se hace notorio, ya no es tan económico como antes, aunque sigue habiendo una enorme diferencia en comparación con Europa. 
También tengo la sensación que en el ambiente por días, hay mayor contaminación y depende por que calles vayas, a veces cuesta un poco respirar del todo bien. 
Recordaba que  el tráfico es una locura, pero no fue hasta que tocó salir a la calle, cuando realmente me di cuenta que perdi la maña de saber encontrar el momento correcto para cruzar… puedo pegarme un buen rato y no encontrar nunca el momento adecuado. Miro 20 veces a cada lado y aún no tengo seguro cual es la dirección correcta por la cual se avecinan los coches. Tendré que acostumbrarme nuevamente a lanzarme a la carretera como las locas cerrando los ojos y rezando que el mundo se paralice por unos segundo hasta que pueda llegar a salvo a la otra acera (en caso que exista en el mejor de los casos jeje)

Así sea, diferente o no, hay cosas que siempre prevalecen, y son las sonrisas con las que te cruzas cada día, la educación y el respeto que predomina, y pasar buenos momentos con la familia, entre los cuales hay incluídos orla, cenas y cumpleaños con croquetas y papas arrugadas incluídas!! Sin duda son un éxito siempre jeje. 

Ahora, simplemente toca seguir aterrizando cada día más, en ese “aquí y ahora” que hace unos años me regaló este lugar, y poco a poco modificar y abrir mis sentidos. 
Bienvenida a casa Yaiza…

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