jueves, 12 de marzo de 2020

Hanoi... Segundas primeras impresiones...

Un día paseando por las calles de Hanoi dan para sacar bastantes anécdotas, a cual más curiosa…

Ayer llegaba a esta ciudad y ya quería salir corriendo, pero también sabía que era necesario darle un tiempo y oportunidad para verla con otros ojos. Sigo pensando que es demasiado caótica para mi gusto, pero también tiene su encanto dentro de su caos. 

Esta mañana, tras abandonar mi refugio para adentrarme en la jungla urbana, no tardé mucho en darme cuenta que estaba situada en el ojo del huracán. ¡El barrio donde me alojo, es el centro del caos! Eso no quiere decir que a medida que te alejas haya menos tráfico, pero al menos encuentras pedacitos de aceras (las cuales siguen invadidas por motos aparcadas, pero al menos son un poco más anchas) por las que poder transitar, lo cual hace más placentero y seguro el paseo. También he descubierto un amor a primera vista... ¡¡los semáforos!! Ay qué alegría al ver que una lucecita verde me decía ¡puedes pasar sin peligro de ser arrollada! Aunque no sobreabundan, encontrarlos de vez en cuando da un respiro jeje. También he de mencionar que tras 4 meses habituandome a controlar el tráfico en sentido opuesto, hace que tenga que mirar aún más veces de lo normal cada lado para saber por dónde vienen los vehículos, lo cual no ayuda nada. 

Lo cierto es que suelo tener buen sentido de la orientación, pero la verdad que la distribución de la ciudad ha hecho que tire bastantes veces de mapa. En un cruce de 5 vías, al que llegué por casualidad, me flipó ver como no uno, sino dos coches, daban la vuelta en medio del cruce sin importar quien viniera delante o detrás, ya que los hay hasta que circulan en dirección contraria…  También me sorprendió mucho ver a dos niños que no superarían los 7-8 añitos, circular sólos en bicicleta por una calle como si nada… normal que estén habituados a este caos si practican desde pequeñines jejeje. 

Por supuesto el sonido que ha prevalecido durante el día sin lugar a dudas es el ¡pi pi pi! Aunque a éste, se une el sonido de los indicadores de algunos buses jaja, parecen un timbre. 
También hay que nombrar la cantidad de mototaxis que te encuentras en todas las esquinas. Todos ellos insistiendo en llevarte al fin del mundo si hiciera falta… incluso hubo uno que tras ignorar su primera oferta me lanzaba un beso y un guiño a lo lejos acompañado de su dedo índice como si dijera ¡Ven nena… súbete en mi moto!... Totalmente surrealista… 

Pero bueno, dejando aparte las anécdotas más urbanas, hay muchas otras curiosidades a destacar. Hanoi será caótica, pero es una ciudad totalmente viva y auténtica. Su gente vive y socializa en las calles. En cualquier esquina te los encuentras bien compartiendo cháchara, fumando esa pipa gigante, jugando a las damas, jugando al bádminton (bien con raqueta o bien con los pies), o simplemente tomando ese líquido amarillo el cual aún no estoy segura que es, té o cerveza, aunque no me extrañaría que fuera ésta última, ya que es más barata que el café jajajaja. 

Hablando únicamente desde meras percepciones, ya que aún no he tenido ocasión de entablar contacto más estrecho con nadie, su gente me parece viva, festiva, con carácter y seguridad, y aunque creo que son bastante sociales, también tengo la sensación que ahora mismo invade más el miedo… Aún no tengo ni idea porque me miran tanto por la calle… a ratos siento como me siguen con la mirada… no tengo claro si es porque “soy grande” jajaja o porque soy turista!!! Y aunque por aquí pasan muchos turistas al año, con el tema del coronavirus se ha creado un poco de rechazo. Entre las visitas de mi recorrido de hoy, me he encontrado con varios puntos cerrados por este motivo. He visto algún cartel de “no entrar en este edificio sin lavarte las manos antes”. También me han tomado la temperatura en uno, y en otro me han rociado las manos con spray antibacteriano… La verdad que se toman las medidas preventivas con bastante exigencia, lo cual no me parece mal, mientras no vaya acompañado de histeria y pánico colectivo…

En la ruta de hoy he podido visitar el Ngoc Son Temple y los alrededores del Lago, La Catedral de San José o la Notre Dame del Sudeste Asiático (en su exterior, ya que estaba cerrada), las vías del tren que pasan por calles estrechas entre casas y negocios, y el Templo de la Literatura (la que fue en su momento la primera Universidad de Vietnam). Fue imposible visitar el Museo de la Prisión de Hoa Lo, ya que estaba cerrado por el virus. Se pueden ver fotos en sus correspondientes enlaces. Entre calle y calle, terminé en una donde habían varias Funerarias y un Velatorio… como dato curioso, todos se ponen un pañuelo blanco atado en la cabeza/frente mientras se vela o realiza los actos.

En resumen… caótica o no, Hanoi tiene su encanto, y quizás no tanto por los lugares bellos o no que visitar, si no por la vida enérgica que desprende. Ah! y una cosa muy positiva!!! Aún no he visto un mosquito!!! Lo que le da un gran punto a su favor jajajaja.  


miércoles, 11 de marzo de 2020

Welcome to Vietnam!!

Es la primera vez en mi vida que pillo un avión tan vacío. Tan solo llevaba un tercio de su capacidad de ocupantes. No me quejo para nada, estar tu sola en tu fila de asientos, hace el viaje más plancetero jeje. También es la primera vez que voy en un vuelo que sale 10 minutos antes de su hora y llega 20 minutos antes a su destino… el virus está causando extragaos jajajaja.

Locura!!!!! Hanoi es una auténtica locura!!! Y yo me quejaba de Bangkok… claro… aún no había visitado Hanoi…

Nada más salir del aeropuerto y subirme al bus con destino a la ciudad, empezó el dolor de cabeza debido a los pitidos del chófer… vaya obsesión con la pita!!! Pero no solo él claro… todos los conductores parecen que que llevan la mano pegada al claxon!! Y es que pitan sin sentido! bajo mi punto de vista claro! Cada vez que pitaba me asomaba a la ventanilla a ver que pasaba, y flipaba al ver que solo era porque hay un coche a 100 metros, y como él, todos!!!! Todos pitando a modo eeehh!! que paso yooooo!!

Cuando me tocó bajarme del bus y empezar a caminar en búsqueda del hostel, no exagero al decir que estuve cerca de 10 minutos esperando mi turno para poder cruzar la carretera… de verdad que no exagero con que es una auténtica locura, todo ello acompañado de pitas sin parar. La gente pita por gusto! Hasta vi a uno que iba pitando como si su partido favorito hubiera ganado la liga.

Por fin tras unos 10-15 minutos de caminata encontré el hostel. Cosas del destino, la cama que habia visualizado para mi a través de la foto de la web, ha sido para mi por error de alguien, ya que en realidad me tocaba otra jajjaja. Menos mal que la habitación está insonorizada, si no, sería imposible dormir por la noche entre pi pi  va y pi pi viene...

Ante la necesidad de hacerme con ciertos productos de higiene, ha tocado salir de nuevo a la junga... y ha sido otra locura salir  a la calle. No he tardado en llegar al Hostel de nuevo con ganas solo de buscar un rincón en el que relajarme y aun mejor, acompañada de una cervecita, que por cierto está muy buena. Solo de pensar que tengo que salir de nuevo para cenar algo, se me quita hasta el apetito jajaja. 

Ah! Y se me olvidaba mencionar un importante detalle!! Todo esto caminando por la carretera! Ya que las aceras están destinadas al aparcamiento de motos... Sin deseas perder el miedo a morir atropellado, sin duda está es tu ciudad ...

Espero que mañana todo reluzca de otro color y entre en modo adaptación rápido, de lo contrario, creo que saldré "pitando" de esta ciudad en pocos días en busca de algo más tranquilo. 

Segunda oportunidad mañana Hanoi!!!!



martes, 10 de marzo de 2020

Cambio de Rumbo

Nuevamente, tras 4 meses de estancia en lo que puedo catalogar como un segundo hogar, llega el momento de decir “hasta pronto”. Aunque tengo la total certeza de que esta vez, este hasta pronto no se postergará años, más bien, si acaso, unos pocos meses. Este será siempre mi lugar de retorno, mi segunda casa, ese lugar al que “regresar”...

Quizás en estos cuatro meses no han ocurrido grandes aventuras, o muchos sitios que visitar. Más bien, estos meses, han sido un regalo, un tiempo para encontrar paz, tranquilidad, templanza… Un tiempo en el que seguir centrándome en el “aquí y ahora”, en el que vivir el día a día, aunque a veces ello signifique simplemente no hacer nada.

Por supuesto, me llevo muchas anécdotas y momentos especiales… momentos de reuniones familiares, risas, charlas interminables, miniclases de cocina, cumpleaños, navidades… hasta he podido echarle mano a los pinceles! Pero si algo hay que destacar en todas las vivencias, sin duda será siempre, las personas con quien compartirlas, y aquí, en esta hermosa ciudad, las hay tan especiales, que siempre tendrán un lugar importante en mi corazón.

Ahora, es momento de embarcarse hacia otro rumbo, es hora de abandonar la zona de confort y aventurarse a lo desconocido. Toca abrir los poros para empaparse de nuevas experiencias y lecciones. Estoy segura que no sólo se avecina un nuevo destino que descubrir, sino un buen tiempo para seguir aprendiendo y creciendo.

¡Hasta pronto Chiang Mai!
¡See you soon Vietnam!


Ah! Se me olvidaba!
Con un toque de dulce despedida de esta ciudad, por aquí les deleito con un pequeño video de lo que fue el "Festival de las Flores", aunque nada tiene que ver con poder vivirlo y presenciarlo en primera persona.