Esta noche me he topado de bruces y sin preaviso con la otra Tailandia, y lo digo así porque, si bien había oído de su existencia, no me la esperaba encontrar mientras paseaba tan tranquilamente por una calle tan transitada.
Miradas ausentes, cuerpos que parecían frágiles y diminutos, rodeados por las grandes manos de abueletes (sin ánimo de ofender con la expresión, simplemente porque tenían edad más que suficiente para serlo), como si parecieran tener a exposición un gran trofeo…
Un nudo se formó en un instante en mi estómago y pocos comentarios y palabras puedo añadir al respecto, ya que una sola imagen de esas vale más que mil palabras que puedan describirla...
Intentando digerirlo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario